Será nuestro secreto

Entró rastreando con rabia su recuerdo, buscándola sin saludar a nadie. Chaqueta negra y minifalda. Sonrisa enorme y mirada desnudadora. Sin conocerla, cinco minutos antes ella se había dirigido a él con argumentos de embestida inteligentes, directos y misteriosos, como él había echo tantas y tantas veces con otras, quedándose así con sus ansias. Y mientras conversaban apasionados mirándose a los ojos sobre un tema profundamente efímero, algo crecía en ellos. Sentados a las puertas de aquel pub donde, rodeados por sus amiguitas tontas e infantiles como todas, sólo estaban ellos dos, con su mirada fija e inmovil, sus palabras... su atracción. Él no la conocía, ella a él sí. Él no la iva a olvidar, ella no se lo iva a permitir. Todavía no se habían tocado pero sus almas llevaban haciendo el amor toda la noche.
Cuando la encontró, vio que estaba al lado de aquel amigo que le hablaba de presentarle a su nueva novia. Nada cambió en su interior, falsamente lo sintió por él. Se acercó a ellos por detrás, cerca de la barra abarrotada, pegó su cuerpo al de ella, encajando sus curvas. Ella no se apartó mientras él le susurraba al oído una proposición mirando al frente, como si no la conociese y apartándola de su camino delizándola suavemente con la mano en la cintura, llegando hasta su amigo. Éste se dio la vuelta, sonrió mientras le daba la mano:
-¡Hey como estas! espera que os presento...-