2007/06/05

Primera noche, lejos queda Londres

1918, La India

Se mecía dulcemente en simbiosis con la canoa, de un modo somnoliento e hipnotizante, al ritmo que su guía imponía con su remo. Lo insertaba en el agua por un lado y por el otro, y con cada puñalada, se quejaba el río y se arrugaba su negrura por debajo del tenue manto de niebla que de él emanaba.
Acurrucado atrás y con el manto que lo envolvía empapado igual que sus huesos, tiritaban sus manos sujetando la libretita con la que pretendía tomar apuntes.
Desde que el periódico le comunicó que debía viajar allí para cubrir la noticia, había soñado con mil parajes y anocheceres, pero todos sus sueños, incluso los más estrambóticos y fantasisoso se habían quedado cortos. Mientras se deslizaba por aquel río místico y milenario, cerró los ojos y pudo imaginar una lámpara desprendiendo un incienso de fragancia deliciosa danzando al ritmo de la dirluba y el sarod, y fundiéndose con la realidad, con su realidad. La barca se acercaba ya a la costa.
Sólo podía estarle agradecido a él, pues indirectamente le había dado la oportunidad de estar allí. No podía esperar más para conocerle. Cerró los ojos de nuevo, tomó aire y suspiró... Gracias "Gran Alma".

1 Comments:

Blogger varanasi said...

ya echaba de menos que me dieras envidia con mi pais jejeje, me gustó el texto y se hace más mágico sabiendo que puedo aconsejar a los demás a elegir su itinerario.
cada noche sueño con más intensidad el poder estar allí de una vez.

varanasi cada vez está más cerca, lo se.

4:10 p. m.  

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