2006/11/05

"...porque se pueden hacer realidad"

Subía las escaleras camino a clase y lo encontró hablando con sus amigos entre la gente. Se quedó paralizada, invadida de nuevo por esa sensación que la atravesaba desde el estómago hasta su centro. Notó de nuevo esa sensación de calor y humedad en ella, como lo notaba cada vez que le veía. Todavía no se había atrevido a hablar con él, pero daba igual, observarlo era suficiente.

Sin embargo, él pareció sentir la atracción y la miró, fijamente, como un depredador mientras sus amigos seguían con sus vidas. Y sin desatar su mirada, sin decir nada, fue a ella. No se lo podía creer, el deseo se mezcló con el miedo.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, con su cara eróticamente aterradora, la agarró fuertemente por el brazo y la arrastró hacia los servicios. Caminaban rápido, sin mirarse, sin mediar palabra, ella no podía frenarse, lo deseaba, odiaba hacerlo pero lo deseaba. Una vez dentro, con una sonrisa tímida dijo:
- ¿Qué haces?
- Cumplir tus deseos. Primero, te voy a desnudar…

Cuando se empezó a acercar, ella trató falsamente de escapar, girándose hacia la puerta, él la retuvo colocando sus manos suavemente sobre su vientre, notaba su respiración prfounda tras la oreja... se frenó y cerró los ojos disfrutando del escalofrío que recorría su cuerpo. Los dedos desabrocharon hábilmente el entrometido botón como si hubiesen desabrochado un millón de botones. Se introdujeron en las braguitas y despacio pero firme, las bajaron junto con el pantalón a la altura de las rodillas…

Los estudiantes que charlaban tranquilamente cerca de la puerta de los servicios se sorprendieron al ver salir a una chica corriendo del baño de los chicos, nerviosa, secándose un millón de lágrimas…