Pero no
Ella se acercó sonriente, juguetona como siempre, y él sentado la miraba con cara de bobo. Cuando se inclinó para besarle, éste se apartó sin dejar de sonreir.
-¿Qué haces? preguntó extrañada.
- Si tus besos no valen nada, tú no vales nada- Contestó él mirando su interior confuso y dolido a través de su mirada.
Ella se levantó corriendo, avergonzada, sabedora de que toda esa filosofía barata de mierda que se había montado, sacada de revistas y películas de adolescentes, del tipo "los tíos solo son una diversión para mi, me lío con quien quiero sin importarme nadie porque soy superdura" se iba por el retrete, reflejada en la cara sonriente de él. Porque era una gilipollez como la copa de un pino, y porque realmente solo existía una cosa que le hubiese gustado mas que besarle; que él aun se muriera por besarla.
-¿Qué haces? preguntó extrañada.
- Si tus besos no valen nada, tú no vales nada- Contestó él mirando su interior confuso y dolido a través de su mirada.
Ella se levantó corriendo, avergonzada, sabedora de que toda esa filosofía barata de mierda que se había montado, sacada de revistas y películas de adolescentes, del tipo "los tíos solo son una diversión para mi, me lío con quien quiero sin importarme nadie porque soy superdura" se iba por el retrete, reflejada en la cara sonriente de él. Porque era una gilipollez como la copa de un pino, y porque realmente solo existía una cosa que le hubiese gustado mas que besarle; que él aun se muriera por besarla.